El tenis peruano tiene muchos seguidores, aún lejos del fútbol y del voleibol, pero los tiene. Más todavía cuando nos sale un tenista -como no son dos, tres o cuatro a la vez- como Juan Pablo Varillas: buen jugador, aguerrido, técnico, carismático y testarudo (si le buscamos el sentido positivo a la palabra), para no dar su brazo a torcer ante el rival más pintado.
Este jueves, en el Argentina Open, el peruano (puesto 101 del ranking ATP) derrotó sin atenuantes por octavos de final, a la primera raqueta austriaca, Dominic Thiem (99), por un doble 6-4, en uno de los mejores resultados de su carrera profesional. En ronda inicial había vencido al portugués Sousa, también en dos sets corridos.
Varillas, convertido desde hace algunos años en el mejor tenista nacional, demostró porque merece retornar al top 100 del ranking ATP y pelear más arriba inclusive. Con buen juego de fondo, que conjuga con acertadas subidas a la red, precisos golpes de derecha y devoluciones de revés, además de su conocida entrega, Juan Pablo puede dar mucho más.
Ahora deberá jugar cuartos de final para buscar seguir escalando en el torneo y en la clasificación ATP ¡Vamos Juanpi!
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