Pedro Francke, ministro de economía. (Foto: Andina)
Pedro Francke, ministro de economía. (Foto: Andina)

El ministro de Economía Pedro Francke insiste en que el Congreso le otorgue las facultades legislativas para subir impuesto a las clases medias y a lo que denomina las grandes empresas.

Francke alega que “a pesar de que la gran minería está obteniendo ganancias extraordinarias por los altos precios de los minerales, y que el FMI señala que hay espacio para aumentar la carga fiscal, pretende eliminar esa parte fundamental para poder financiar hospitales, colegios y agua…”. Sin embargo, olvida cuántos proyectos mineros de gran y mediana escala se encuentran paralizados o suspendidos porque el gobierno al que él pertenece no ofrece las garantías mínimas para que estas empresas puedan comenzar o continuar con sus operaciones.

A esto se le suma que el Estado, en las regiones del interior del país, no gasta su presupuesto y en muchos casos estas administraciones malgastan el dinero que se les transfiere desde el gobierno central en la construcción de palacetes municipales, monumentos a menudo estrambóticos y demás cosmética urbana en busca únicamente de réditos políticos inmediatos, dejando de lado cualquier beneficio efectivo, real, duradero, para sus poblaciones.

Que las autoridades ediles y las gobernaturas regionales son una coladera de corrupción lo demuestra la cantidad de exgobernadores, exalcaldes y otros funcionarios de rango intermedio que están purgando condenas en la cárcel, todas ligadas a delitos de corrupción o son investigados por motivos similares, pese a que algunos de ellos continúan desarrollando, como si nada pasara, sus carreras políticas en el Congreso o en importantes jefaturas del Estado, gracias a este gobierno.

Aun así, el Ejecutivo insiste en anunciar planes para transferir más dinero a estas administraciones mayormente fallidas sin atinar a establecer políticas que transformen estos gastos inútiles que solo alimentan el resentimiento con el consabido centralismo, que suele estar presente en casi todas las protestas sociales del interior del país, sean o no por temas relacionados con la minería.

Los especialistas ya han advertido que el gobierno está despilfarrando recursos del erario en una medida pocas veces vista en años anteriores. Así que a ajustarse los cinturones, que se vienen turbulencias y, a no dudarlo, horas oscuras para la economía peruana.

Cuando tengamos que reactivarla, con todo el sacrificio y el dolor que ello causa, ¿Pedro Francke se hará responsable? ¿Pedro Castillo responderá? ¿Sus socios políticos asumirán su parte?

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