Ricardo Gareca tras triunfo de Perú ante Australia: "Muchísimas gracias a todos". (Getty)
Ricardo Gareca tras triunfo de Perú ante Australia: "Muchísimas gracias a todos". (Getty)

Termina el partido en la hermosa Sochi. Ganó Perú 2-0 a Australia. Una imagen capta la atención: hay alegría serena en casi todos los seleccionados. Salvo uno que se tira al suelo a llorar desconsoladamente. Pasan unos segundos, llora solo, los compañeros se dan cuenta, lo van a buscar. Este grupo es así. Son solidarios, se respaldan en las malas, se arropan entre ellos. Christian Cueva ya no está solo, sus compañeros lo levantan. Queda ese simbólico y representativo retrato. Satisfecho por el triunfo, destrozado por la eliminación. Se siente responsable por el penal fallado. Esa imagen, comprometida, responsable, sensible, autocrítica. Es la cara de esta selección, de este comando técnico. Nadie puede estar feliz con irnos tan rápido del Mundial, pero hay mucho de este equipo que nos emociona, que nos genera orgullo, orgullo peruano.

La otra imagen es la de Gareca, feliz, agradecido hasta el infinito con los peruanos. Buscando a su familia, para abrazar y besar a su nieto, Benjamín Gareca, que tiene la camiseta de Perú puesta. Ese abrazo que hubiéramos querido darle todos los peruanos. Porque Gareca es el gran responsable de habernos hecho recorrer este maravilloso camino que ha sido jugar el Mundial. Agarró un grupo de jugadores indiferentes, sin ningún compromiso con el escudo, indisciplinado y perdedor. En tres años terminó regalándonos una selección radicalmente distinta. Llena de virtudes, de buenos ejemplos y dispuesta a sacrificarse por la causa. Todo eso les debemos a Gareca y a su comando técnico. Convencieron y comprometieron a los futbolistas peruanos con trabajo y capacidad. Les enseñaron que podían competir en el primer mundo del fútbol. Desde el arranque confió en el futbolista peruano. Fue coherente, reservado, discreto, humilde. Y nos llevó de la mano por este alucinante viaje.

Ahora le toca a la Federación trabajar para que Gareca se quede y poder consolidar un proceso de ocho años. Como Uruguay, que lleva cuatro mundiales con Tabárez, o Colombia, que va dos con Pekerman. Y no pasa por lo económico, la plata está. Lo importante es que en la FPF entiendan que esta campaña no tiene dueños. Que nadie se quiera aprovechar ni política ni individualmente de un éxito colectivo. Todos son importantes, a nadie le pertenece esto. Si no entienden eso, Gareca no va a seguir. Si alguien lo quiere utilizar para su beneficio, se va a ir. Si no les dan su lugar a García Pye y a Oblitas, se va a ir. Si algunos que nunca aparecieron se vuelven a subir al chárter, se va a ir. Gareca cuida mucho su entorno y de quién se rodea. Atentos en la FPF, que Gareca se quede depende de detalles que algunos subestiman. Sería imperdonable que por agendas personales se rompa este proceso, estemos alertas. ¡Gareca no se va!, clamó la hinchada. Que sea así.

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