Garantizar el Metropolitano

“El transporte público debe ser tratado como lo que es: un servicio público esencial”.
(Foto: Protransporte)

Nuevamente hay controversias entre la ATU y los operadores de El Metropolitano, felizmente ambas partes han acordado establecer mesas de trabajo para atender las amenazas que enfrenta el sistema con el objetivo de que este se mantenga en operación. Estas mesas además tienen el objetivo de lograr un Decreto de Urgencia que permita negociar las adendas necesarias.

Entre las exigencias de los concesionarios se encuentra la construcción incompleta del corredor, la falta de respeto a la intangibilidad de la ruta con superposiciones en zonas de alimentadores, y una fórmula tarifaria que ellos indican no logra cubrir los gastos operativos y que incluyen un sobrecosto por el gas natural. Cabe recordar que el Metropolitano es aún un sistema en pre operación y eso conlleva consecuencias legales importantes.

Otro problema de fondo es que el Metropolitano se concibió como un sistema auto sostenible, cuya principal fuente de ingresos son los pasajes. Sin embargo, la demanda post-pandemia ha disminuido y hoy realizan 400,000 viajes diarios cuando la proyección base era de 700,000 viajes diarios.

Por parte de la ATU, se pide cumplir con el servicio y que los operadores entreguen la información necesaria para evaluar el proceso. Otros temas críticos incluyen a la renovación de la flota, que como hemos visto en las noticias ya está dando significativos problemas. Es necesario que tanto los concesionarios como la ATU transparenten la información para conocer el costo real de la operación y así determinar cuáles medidas se tomarán en el corto plazo.

Es esencial que la ATU tome medidas decisivas para garantizar el servicio del Metropolitano. El transporte público es un servicio esencial para la ciudad de Lima, y su interrupción tendría un impacto negativo significativo en la vida diaria de sus habitantes. Ni qué decir de los efectos en el tránsito, el ambiente, el caos y la siniestralidad vial, además de que se le abre la puerta a más colectivos informales.

Como ya mencioné, lo más importante es garantizar el servicio para los pasajeros, que el mismo mejore en calidad y confort, y, que el costo no se incremente pues los bolsillos ciudadanos ya no dan más. Estos deben ser los objetivos principales de todas las partes involucradas. Se requiere un compromiso firme y decidido para asegurar que este servicio no se vea interrumpido y de ser necesaria incluso una renegociación absoluta del contrato.

El transporte público debe ser tratado como lo que es: un servicio público esencial, y todos los esfuerzos deben dirigirse a asegurar que se {mantenga operativo y accesible para todos los ciudadanos.

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