Cambiar para no cambiar. (Fotos: GEC)
Cambiar para no cambiar. (Fotos: GEC)

Los cambios realizados por la presidenta Boluarte en los sectores de Educación, Trabajo, Transportes, Justicia, Agricultura y Producción dejan un sabor extraño en la ciudadanía. Ni de chicha ni de limonada. Cambalaches y defenestraciones que más parecen cambios para seguir igual, como en El Gatopardo, pues no parecen aportar nada en los giros políticos más urgentes para el Perú en estos momentos.

En el caso Educación, resulta groseramente obvio. La ministra saliente se la había jugado en defensa de la meritocracia y había adelantado que el Ejecutivo iría hasta el Tribunal Constitucional para impugnar la ley que, por insistencia, aprobó el Pleno para hacer ingresar automáticamente a más de 14 mil docentes que no lograron pasar las pruebas de calificación profesional dispuestas por el Minedu.

Como señala el especialista Sandro Marcone en una entrevista dada a Perú21, la norma aprobada por el Congreso “podría suponer el fin de la evaluación docente como uno de los instrumentos para alcanzar la calidad educativa”. Una verdadera desgracia que el Ejecutivo se haya sometido a la antipatriótica estrategia del Legislativo para liquidar todo lo que queda de los avances en materia de educación y modernidad en escuelas y universidades del país.

La nueva ministra, para mayores suspicacias, es además integrante del equipo de gobierno de Fuerza Popular, con lo que el pacto con las fuerzas que controlan el Parlamento parece estar sellado: adiós a la meritocracia.

En Trabajo queda la sensación de que el cambio fue por presión del Bloque Magisterial y sus bases del Movadef, como habría ocurrido en el Minedu, puesto que recientemente se anuló la licencia al gremio vinculado a ese sector congresal, justamente, integrado por profesores (la mayoría de ellos, jalados también en las evaluaciones docentes).

El ingreso de Choquehuanca en el Ministerio de la Producción es un acierto por el empuje y la transparencia que se le conoce desde que desempeñaba cargos públicos o gremiales empresariales, aunque nadie ignora que la intención de Palacio de Gobierno es contentar al empresariado y hacer, por lo menos, la finta de que atenderá sus demandas y necesidades.

Encima de estos relevos, aparece, sin embargo, la sombra de aquellos que no se realizaron: MEF e Interior. Sectores en los que no se observan reacciones o medidas serias ante la recesión y la inseguridad que siguen agobiando a los peruanos.

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