Acciones se realizan en el marco del 'Plan de Cambios Urgentes para el Poder Judicial'. (FOTO: USI)
Acciones se realizan en el marco del 'Plan de Cambios Urgentes para el Poder Judicial'. (FOTO: USI)

Iba a poner como titular: “¿Tiene futuro el Poder Judicial?”. Pero las interrogantes introducen dudas y, sobre los pilares del Estado de derecho, si algo no cabe, son dudas.

Decía un jurista norteamericano que, de los tres poderes del Estado, el más difícil de reformar es el Judicial. Porque es el más incorpóreo; el menos, digámoslo así, “material”.

¿Reside el Poder Judicial en los jueces que lo integran? No exactamente. Cuando un juez dicta sentencia, ¿ejerce en solitario el “Poder Judicial”? No parece. Sobre todo si la fórmula que se suele utilizar en las Constituciones es aquella que proclama que “la Justicia emana del pueblo y se imparte en nombre de él”. ¿Es posible que el Poder Judicial se encarne en el órgano de gobierno de los jueces, tal como el Ejecutivo se materializa en el presidente? Tampoco.

La justicia tiene solución. Pero el pueblo del que emana ha de contribuir a esa solución. No me importa tanto la composición del órgano de gobierno de los jueces. Pero este tipo de instituciones (en Perú, España, Italia…) suele caer en la tentación de ejercer otro tipo de poder: el de las influencias, a través de los nombramientos clave.

Lo que me interesa es que la reforma del Poder Judicial empiece por la base. Es decir, por los hombres y mujeres que integran el Poder Judicial. Aquel que resuelve de forma imparcial, independiente y valiente los conflictos surgidos entre los ciudadanos, aquel que “destila” Poder Judicial.

El cambio vendrá a partir de cómo los poderes públicos dimensionen la base (que es la esencia) del Poder Judicial. Conformada esa base, a ella corresponderá participar en el proceso de estructurar la institución (llámese comisión o consejo) que la represente. Otra cosa será persistir en el error.

TAGS RELACIONADOS