Julio Velarde, presidente del BCR. (Fotos\Yodashira Perez)
Julio Velarde, presidente del BCR. (Fotos\Yodashira Perez)

El presidente del BCR, Julio Velarde, se presentó el último miércoles en la Comisión de Presupuesto del Congreso y pintó un panorama realista pero inocultablemente sombrío para la economía peruana. Si bien anunció que se corregirá al alza la expectativa de crecimiento para este año, no fue igual de entusiasta para 2022.

“Nos encontramos en un mar de expectativas negativas que puede estar frenando el crecimiento de 2022. Tenemos la corriente en contra y viento en contra, que va a hacer que este avance económico se vaya ralentizando”, dijo. Y, bueno, con el tino y el profesionalismo que lo caracterizan, Velarde no quiso insistir directamente en lo que todos los analistas económicos vienen advirtiendo: el ruido político y las señales negativas que emanan de este gobierno hacia la inversión, los mercados y la ciudadanía no son nada buenas y pueden seguir jalando hacia abajo el crecimiento del PBI.

Y, a no dudarlo, las principales señales negativas en este momento comienzan por la incapacidad del Ejecutivo para siquiera designar a los nuevos miembros del directorio del BCR, y sus idas y venidas con la ratificación oficial de Velarde, además, desde luego, de no haber tomado hasta ahora ninguna medida que impulse la inversión privada y así crear empleo para encaminar la recuperación del país luego de la debacle en que nos ha dejado la pandemia.

En cambio, parece ser cada vez más clara la voluntad de asignar al Estado una mayor participación en la economía, tanto en inversiones como en la entrega ciega de bonos y otras subvenciones.

Si el Perú no tuviera un rumbo político tan errático, como el que se vive actualmente, el tipo de cambio del dólar, en palabras del propio Velarde, estaría entre S/3.60 y S/3.70. A ello también, según explicó, se le puede achacar la modificación a la baja de su proyección de crecimiento para 2022, que pasó de 4.5% a 3.4%, pese a que su proyección para 2021 el BCR había subido de 10.7% a 11.9%.

En cuanto a las inversiones, la situación era similar: un crecimiento importante para este año, pero una caída profunda al siguiente, de 2.5% a 0%. Es decir, cero aumento de inversiones.

A prepararse entonces para ese 2022, que este gobierno sigue haciendo lo posible para que los peores pronósticos económicos se hagan realidad.