Hoy, Perú21 publica parte de una nueva encuesta realizada a nivel nacional por Datum que pone luz sobre varios hechos muy relevantes políticamente; sin embargo, hay dos tendencias que el muestreo indica que son, quizás, las más reveladoras en cuanto al sentir popular: la desaprobación y el descrédito de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, se acentúa y la aceptación al gobierno del presidente Martín Vizcarra se detuvo.
La aprobación a Vizcarra creció rápidamente luego del 28 de julio, cuando su mensaje sorprendió a muchos por su contundencia y decisión para enfrentar el reto de las reformas.
Desde allí, la popularidad del mandatario trepó diez puntos. La muestra de Datum que hoy publicamos revela un estancamiento en esa tendencia: ha bajado dos puntos en aprobación y ha ganado cuatro de desaprobación. Esto es fundamental. Vizcarra no tiene partido ni bancada ni alianzas fraguadas: está solo. Y su estrategia ha sido lograr el apoyo del pueblo. Lo estaba logrando, pero esto se ha detenido. La respuesta podría estar en las mismas cifras de la encuesta. Más del 70% considera que fue un error del jefe de Estado negar las reuniones con Keiko Fujimori y que estas hayan sido reservadas. Adicionalmente, el 45% piensa que los cambios que impulsa en el plano político y judicial son medidas populistas y el 59% dice que por abocarse a ello ha dejado de lado los principales problemas del país.
Fujimori, por su parte, sigue de espaldas a la población: el 84% la desaprueba (tres puntos más que en agosto), mientras que solo el 12% la aprueba. Este es, quizás, el momento más complicado para Fuerza Popular en los últimos 10 años. A la par de que pierde popularidad, Fujimori pierde también credibilidad, el activo que más debería cautelar un político. Y no hay forma de que esa tendencia cambie. Cuando Datum pregunta sobre la reunión que ella tuvo con Hinostroza, según un colaborador eficaz, el 72% le cree a este último, y solo el 10% a la ex candidata, quien lo niega todo.
Tampoco le creen cuando ella y su partido dicen que no buscan la vacancia de Vizcarra.
La lectura, finalmente, es clara para ambos líderes: Vizcarra tiene que traducir rápido en hechos lo que planteó en la teoría y hacer otros anuncios de gobierno. La señora Fujimori debe reorientar la forma en que está llevando las riendas de su partido, pues sigue en picada.