[Opinión] Aldo Mariátegui: Muy ingratos con nuestros uniformados. (Foto: Dante Piaggio / Archivo El Comercio)
[Opinión] Aldo Mariátegui: Muy ingratos con nuestros uniformados. (Foto: Dante Piaggio / Archivo El Comercio)

Ignoro si se han enterado, pero en estos momentos nuestras FF.AA. están ejecutando la ofensiva militar más grande que se ha dado en el VRAEM con el fin de exterminar a los remanentes narcosenderistas que pululan todavía en esa zona tan abrupta y complicada. Ya hay dos mártires uniformados más por el momento, pero lo que más se nota es ignorancia, despreocupación o indiferencia ante esta lucha, como si estas batallas estuvieran sucediendo en Afganistán y no en el Perú. En otros países (como EE.UU. o el Reino Unido) rezan por sus soldados, hacen vigilias, ponen lazos amarillos en sus casas y pechos, hacen colectas para los heridos o por las familias de los militares abatidos, se preocupan por sus pensiones y rehabilitaciones, emiten estampillas conmemorativas, los medios les tratan como héroes, etc.

En el Perú solo les espera la atención de las ONGs de izquierda (IDL, Aprodeh, la Coordinadora de DD.HH.), que están siempre buscando como enjuiciarlos (y eternamente, porque no existe la cosa juzgada en nuestro país y los casos se abren y reabren en el cruel Poder Judicial peruano o en la nefasta Corte Interamericana hasta que la caviarada gane) por algún “abuso de Derechos Humanos”, a los que les darán mucho rebote en la prensa colaboracionista de la caviarada.

Con suerte, les otorgarán alguna medallita, con su desfile interno. Y años después algún necio presidente, elegido por un “electarado” que más tiempo le dedica a ver que marca de celular compran que a pensar en los candidatos, les prohibirá participar en el desfile de Fiestas Patrias. Miren nomás como se ha tratado a los que militares y policías que vencieron al terrorismo en los años 90, desde llamar insultantemente “conflicto armado interno” al ataque terrorista contra la nación hasta encarcelarles o tenerles por décadas en el banquillo (todavía siguen vivos los juicios de El Frontón y otros de la década de los 80s). Por la poca cosa que somos, tenemos lo que nos merecemos...