Líder opositor Juan Guaidó se declaró presidente de Venezuela en un desafío abierto al mandatario Nicolás Maduro. (Getty)
Líder opositor Juan Guaidó se declaró presidente de Venezuela en un desafío abierto al mandatario Nicolás Maduro. (Getty)

Lo ocurrido ayer en Venezuela conmueve, como nos ha conmovido tantos años de drama y tragedia en ese hermano país. Las multitudes salieron a las calles de Caracas y de otras ciudades a respaldar el cambio liderado por el titular de la Asamblea Nacional y líder opositor, Juan Guaidó, y el punto final del gobierno dictatorial de Nicolás Maduro.

Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela, al final de una gran marcha que se realizó en Caracas para rechazar el segundo mandato de Nicolás Maduro por ilegítimo. Y de inmediato, el apoyo internacional no se hizo esperar.

Si bien el primero en hacerlo fue el gobierno de los Estados Unidos, de inmediato lo hicieron varios gobiernos de diversas partes del mundo, incluyendo el nuestro. Al respecto, cabe destacar en este proceso el papel que a nivel internacional ha jugado el Perú a través de su Cancillería. El Grupo de Lima, foro multilateral instalado en 2017, fue una iniciativa de nuestros diplomáticos de Torre Tagle para buscar una salida pacífica a la crisis en Venezuela y desde el inicio condenó la ruptura del orden democrático en ese país.

El Perú no es lejano al colapso que devino en una crisis humanitaria. Nuestro país ha registrado hasta mediados de diciembre el ingreso de 635 mil venezolanos que llegaron con esperanza, en pos de encontrar una manera de sobrevivir, una situación que Maduro cínicamente no reconoce y hasta miente señalando que sus compatriotas fueron traídos con engaños.

Maduro ha sido puesto en jaque, arrinconado. Se está quedando solo. Llegó al poder en 2013 como heredero de Hugo Chávez, pero llevó el chavismo a su peor expresión, reprimiendo a los críticos y opositores, incluso encarcelándolos y en algunos casos con desaparecidos en sospechosas circunstancias.

Los venezolanos veían a su país hundirse y sin futuro, uno muy distante y lejano del que fue la economía más rica en América Latina. Hoy carga con cinco años de recesión, una economía contraída y una inflación galopante. Ello se tradujo para millones en alimentos escasos o muy caros, falta de energía, ausencia de medicamentos, hospitales que están en emergencia. ¡Hasta cuándo iban a soportar!

En los últimos días se sentían nuevos aires, que ayer cobraron mucha fuerza. Que se mantengan firmes en su lucha. Maduro tiene que irse y un nuevo gobierno tiene que corregir el rumbo. Confiemos en que pronto logren el respaldo de las fuerzas militares.