Pérez remarcó que "no tenía conocimiento" de la destitución de la fiscal asignada a su despacho. (Foto: USI)
Pérez remarcó que "no tenía conocimiento" de la destitución de la fiscal asignada a su despacho. (Foto: USI)

Los fiscales y jueces a cargo de casos emblemáticos que incluyen a políticos y poderosos están acostumbrados a sortear ataques de sus investigados y aliados, pero lo que está enfrentando el fiscal José Domingo Pérez está fuera de control.

Exigirle que vaya a la Comisión de Defensa del Congreso para que aclare por qué se refirió a Sendero Luminoso como una “guerrilla” en un foro en el que participó en México es absolutamente descabellado. ¡Qué pérdida de tiempo! En el peor de los casos, se lo podría acusar de haber incurrido en exquisiteces lingüísticas en su esfuerzo por explicar el caso peruano en un contexto internacional, pero eso es todo. ¿Alguien realmente piensa que Domingo Pérez es pro senderista o un apologista del terrorismo? Difícil de creer, sobre todo porque la presentación completa de donde salió esa frase dice lo contrario.

Armar un escándalo sobre esto, tildando al fiscal de traidor a la patria, acusándolo de hacer apología del terrorismo y exponiéndolo a un interrogatorio inútil y exprés en el Congreso, pinta de cuerpo entero a quienes están detrás de todo esto, además de volver a convertir un momento terrible de nuestra historia en el último espectáculo del circo político. No hay que estar muy despierto para entender que lo que se busca es debilitarlo y, seguro, expectorarlo. Quien no lo vea así de claro es porque no quiere. ¿Cómo que la política no influye en la justicia?

*Imprescindible: Mi respaldo a Paola Ugaz, valiente periodista que, al igual que Pedro Salinas meses atrás, ha sido víctima de una denuncia del obispo Eguren. Alegra saber que la respuesta de ambos es hacer más periodismo de calidad, como el que permitió destapar los abusos del Sodalicio y evidenciar la complicidad del círculo cercano al infame Figari. Que se mantengan firmes.

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