(GEC)
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Con tanto tráfago, pasaron desapercibidas algunas reflexiones del colega Ricardo Uceda sobre las filtraciones de declaraciones de testigos de sobornos a Vizcarra, que hasta los más desorbitados e hipócritas hablaron de “golpismo”. Rescato algunos párrafos de su artículo No al cambio de posta, que creo que no han perdido actualidad ni pertinencia:

“(…) la violación de la reserva solo ocurrió en la investigación a Vizcarra o es más bien parte de la normalidad. Lo cierto es que la filtración es la manera en la que los operadores judiciales, ante la vista y paciencia de sus autoridades, vienen informando sobre los casos de corrupción desde hace bastante tiempo.

La práctica condiciona a la opinión pública en favor de sus posiciones.

Así, el Equipo Especial Lava Jato es sospechoso de haber abastecido a la prensa durante los procesos a los Humala, a Keiko Fujimori, a Pedro Pablo Kuczynski, a Alan García, en forma coincidente con sus actuaciones judiciales, y según sus preferencias periodísticas.

A estas alturas, en las redacciones existe un mapa bastante desarrollado de quién filtra a quién, (…) hubo filtraciones sin mayor escándalo, pero luego se hicieron desmesuradas y ocasionalmente en tiempo real con las manifestaciones.

(…) No es una buena idea pedir ahora mismo la cabeza de los fiscales que tienen a su cargo la investigación a Vizcarra. Se podría tomar como una búsqueda de impunidad. Transmitiría el imborrable mensaje de que la Fiscal de la Nación, cuya imparcialidad ya es dudosa, desea favorecerlo.

(…) Desde aquí más de una vez hemos criticado al Equipo Especial, incluso cuando le disputó el caso Vizcarra al subsistema anticorrupción, (…) pero el conflicto ya fue zanjado por el fiscal supremo Pablo Sánchez y solo queda esperar una actuación profesional de Germán Juárez.

En cuanto a la prensa, ¿Quién podría tirar la primera piedra?”