"El reto que asumirá la fiscal Barreto es muy grande y de no poca monta para nuestra democracia".  (Foto: GEC)
"El reto que asumirá la fiscal Barreto es muy grande y de no poca monta para nuestra democracia". (Foto: GEC)

Una de las primeras promesas de la fiscal de la Nación, , se ha cristalizado. Nos referimos a la formación de un equipo especial encargado de investigar la corrupción en las altas esferas del poder, que era ya un clamor de la opinión pública.

Y se ha designado al frente de este grupo nada menos a que a la magistrada Marita Barreto, una profesional que tiene sobrada experiencia en lidiar con las mafias organizadas, pues es imposible olvidar el papel que jugó en el desbaratamiento de la red criminal del abogado Rodolfo Orellana, hoy purgando condena en la cárcel de alta seguridad.

El reto que asumirá la fiscal Barreto es muy grande y de no poca monta para nuestra democracia. La corrupción en el Ejecutivo ha sido ya puesta al descubierto y las investigaciones están en marcha, encaminadas. El desafío será avanzar en la línea seguida por las fiscales Karla Zecenarro y Luz Taquire –quienes no han sido convocadas para el equipo especial– y cerrar el caso, que tiene como núcleo candente de la organización delictiva, según la tesis de la propia fiscalía, al entorno presidencial, con Pedro Castillo como presunto cabecilla.

Las presiones, zarandeos, leguleyadas e intentos de despiste por parte de los implicados no se harán esperar, máxime si están en capacidad de mover todos los resortes que, de momento, les permiten sus cargos en el Estado. Un expediente ciertamente complejo y con oscuras ramificaciones (Petroperú, Puente Tarata, las reuniones clandestinas en la casa de Sarratea, las presiones al jefe de la Sunat, las fugas de los sobrinos y del exministro Silva, así como el testimonio de Karelim López) que obligará a los agentes del Ministerio Público a exigirse a fondo en sus pesquisas.

La propia Patricia Benavides –quien será la encargada de investigar directamente al presidente Castillo– ha sido muy clara al asegurar que en su gestión no habrá ninguna tolerancia con las faltas de quienes actualmente ostentan el poder político en el país.

Todo indica, pues, que se abre una nueva etapa en la lucha contra la corrupción en el Perú. Esperemos que estos renovados vientos continúen soplando con firmeza en la Fiscalía de la Nación y que la doctora Barreto no deje títere con cabeza en sus investigaciones.