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Redacción PERÚ21

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El Dr. Ron Johnston, de la Universidad de Sidney, nos recordaba que la edad de bronce reemplazó a la de piedra y no porque se acabaron las piedras, ello en alusión a los procesos de sustitución tecnológica.

Lo anterior viene a colación ahora que la oposición antiminera pretende que los nuevos proyectos queden paralizados por siempre, como Tía María. Lo que debemos entender es que los precios de los metales dependen de su demanda y esta última cambia en el tiempo por la aparición de nuevas tecnologías. El principal uso del cobre es como conductor eléctrico y, en el futuro, la tecnología principal busca ser inalámbrica. Esto implica que, en la próxima década, el destino del cobre será muy incierto. Por ello, deberíamos explotar al máximo nuevas reservas cuando aún tienen buen precio, pues eso implica mejores sueldos, mayores impuestos y mayor canon minero.