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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Coincido con Carlos Meléndez (politólogo) en que PPK debe aspirar a obtener legitimidad desde las políticas públicas, en vez de preocuparse por ganar bases sociales. Ni tiene el partido para hacerlo, ni tiene una retórica capaz de competir en el 'Perú profundo' con Fuerza Popular y el Frente Amplio. Lo suyo será solucionar los problemas del país, y a partir de ahí cosechar 'legitimidad técnica'.

Para ganarla, sin embargo, deberá combinar la técnica con la política. El anuncio de Alfredo Thorne de que buscarán que el Perú sea un centro regional de refinación de metales, atrayendo capitales chinos, me parece una buena señal.

Instalar refinerías hoy en el Perú no tiene sentido, por los Estándares de Calidad Ambiental (ECAs) vigentes. Como señala Luis Carranza, mientras acá el límite para emisiones de azufre es 20 ug/m3, nuestra competencia tiene límites mucho más elevados: 210 en Australia, 250 en Chile y 301 en Canadá (la Unión Europea está en 125 y Estados Unidos en 325). Esto evidencia una absurda exageración en la política pública medioambiental, y hace evidente, aunque Thorne no lo dice, la necesidad de llevar los ECAs hacia estándares internacionales, para que junto a la fiscalización del OEFA, se logre combinar desarrollo y respeto al medio ambiente.

Políticamente, priorizar la atracción de estas inversiones tiene mucho sentido. No solo supone avanzar en la diversificación productiva, sino en el desarrollo del sur, dos banderas del Frente Amplio que dificultarán una oposición ciega a la iniciativa anunciada por Thorne, a menos que quieran ser etiquetados como la "izquierda de siempre".

PPK necesitará aprovechar la legitimidad proveniente de las ánforas, para acometer, al inicio, reformas que, si bien conllevarán el rechazo de grupos de interés, bien comunicadas tendrán el respaldo de la mayoría. El camino para ganar legitimidad está en usar sus propias fortalezas.