Esta semana mi artículo consiste en una simple lista de hechos, eventos, normas o leyes bastante lamentables que son pan de cada día en el país. Si no hacemos algo como sociedad para cambiar las cosas, nos estamos condenando a un futuro poco promisorio. Estamos viviendo una desintegración moral e institucional que se alimenta de una educación pública cada vez de peor calidad que nos lleva a elegir mal a nuestros representantes y gobernantes. No sorprende el alto porcentaje de jóvenes que busca emigrar.
En CADE, Julio Velarde mencionó que para salir de la pobreza se requería una educación de calidad, yo la complementaría indicando que con el nivel de educación que tenemos actualmente ya estamos condenando a buena parte de nuestras futuras generaciones a la pobreza. Si a eso le sumamos la informalidad, ilegalidad, pobre gestión pública y la falta de civismo, las cosas no pintan bien.
Esta es mi lista, no exhaustiva, mucho de ella basado en lo acontecido en los últimos tiempos, que ustedes la podrían aumentar con facilidad:
1. Contratación de funcionarios en el Gobierno y en el Congreso sin las capacidades para los cargos, incluyendo a varios ministros.
2. Aprobación de leyes que incrementan el gasto público cuando la Constitución lo prohíbe.
3. Nombramiento de prefectos y subprefectos con la intención de aprovecharse políticamente.
4. Ampliación del Reinfo sin modificaciones, garantizando la continuación de la minería ilegal.
5. Innumerables escándalos de comida contaminada y corrupción en programa Qali Warma.
6. La censura del ministro Mucho para así facilitar la ampliación del Reinfo y la no censura del ministro Demartini a pesar de los escándalos en el programa Qali Warma.
7. Gran número de congresistas investigados por presuntamente haber cometido diversos actos de corrupción, incluyendo a los ‘mochasueldos’ que se apropian de parte del sueldo de sus asesores, sin recibir sanciones por parte de sus pares.
8. Aprobación de leyes que facilitan la impunidad.
9. Armas decomisadas a delincuentes por policías y la Sucamec que regresan a la calle.
10. Prófugos de la justicia que desaparecen a vista y paciencia de nuestra policía.
11. Reticencia a aprobar leyes para corregir problemas en normas electorales.
12. Corrupción policial que permite que efectivos acusados de violación y otros delitos continúen en sus trabajos como si nada hubiera pasado.
13. Propuestas en el Congreso para crear nuevas universidades públicas sin estudios técnicos que las validen y sin que exista presupuesto.
14. Nombramiento de docentes de educación pública sin haber obtenido la calificación aprobatoria en el examen.
Esta es solo una lista parcial indicativa del deterioro moral e institucional que estamos viviendo. Si no nos ponemos las pilas, este simplemente seguirá creciendo. Es responsabilidad de todos presionar por un cambio. Muchos llevamos años reclamando reformas, pero nuestras autoridades y políticos no nos escuchan, y más bien introducen cambios en la dirección opuesta. ¿Hay algo más que podemos hacer para salir de este círculo vicioso?