La falda voluntaria
La falda voluntaria

El congresista Alberto de Belaunde ha propuesto al Minedu que el uso de la falda sea voluntario. Aplaudo de pie y entusiasmada la propuesta por varias razones:

La falda es una prenda linda y cómoda en algunas ocasiones y para actividades que no requieran movimientos que pudieran generar incomodidad en las usuarias. Pero en otras ocasiones es incómoda e inadecuada. Por ello, el hecho de que su uso sea voluntario es una medida que afirma la libertad de las niñas en el contexto de una sociedad machista que es urgente transformar.

Un estudio de Save The Children Perú con la Defensoría del Pueblo en Huánuco “da cuenta de que más del 80% de las alumnas de colegios, con edades entre 11 y 18 años, indicaron que usaban falda como parte del uniforme solo porque era de obligatorio cumplimiento”. La organización añadió que su uso obligatorio las limita y “genera desigualdad, vulnerando los derechos de niñas y adolescentes”.

De Belaunde, en un acto de empatía con las niñas y adolescentes, ha hecho suya la propuesta de Save The Children.

Desde este espacio apoyo enfáticamente el derecho a elegir si se usa o no la prenda promoviendo el ejercicio del derecho a la libertad de las niñas y adolescentes. Y lo hago porque la falda es, en los hechos, una prenda que genera desigualdad en el propio manejo del cuerpo, ya sea en las actividades cotidianas como subir las escaleras, subir y bajar del transporte público, caminar expuestas al acoso callejero, o en los recreos de los centros educativos cuando se realizan juegos en los que la falda limita los movimientos.

Esperamos que el ministro de Educación tenga la misma empatía con las niñas que muestra De Belaunde.

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