Ollanta Humala y Nadine Heredia viven en la casa de un familiar luego de que el juez ordenara la incautación de su vivienda. (Piko Tamashiro)
Ollanta Humala y Nadine Heredia viven en la casa de un familiar luego de que el juez ordenara la incautación de su vivienda. (Piko Tamashiro)

Cuando leí que Ollanta Humala está detrás de todos los vejámenes de los que está siendo víctima Ollanta Humala y su familia, pensé que era broma o el producto de una conspiranoica sesera hirviendo. La idea de que Humala pueda manipular al Poder Judicial, al Ministerio Público y a la prensa como si fueran sus títeres da risa. O pena. Porque es inverosímil.

Ni Nadine Heredia ni Ollanta Humala tienen las capacidades cognitivas necesarias y en su entorno más cercano –si alguna vez hubo– no existen. No tienen influencia política porque nadie quiere ser asociado con ellos y no tienen amigos porque quemar puentes y apuñalar amistades y aliados fue lo que más eficazmente hicieron.

Si Humala o Heredia tuvieran esa sagacidad, ¿hubieran ido presos o vivirían en el extranjero gastando sus millones que llegan solos? ¿Una suite en Santa Mónica con dos litros de agua al día para todas sus necesidades por 18 meses y ver a tus hijos cada dos semanas; o un departamento de lujo en el Paseo de la Castellana en Madrid? Qué difícil.

Les damos mucho crédito cuando conviene a nuestras perspectivas. Y lo terrible es que la derecha siempre termina materializando a sus propios fantasmas. De tanto patear al perro muerto, este resucita y se levanta. Ya lo deberían tener aprendido.

A Humala le inventaron que tramaba un golpe de Estado, le inventaron topos en cada candidato que llegara a estar segundo en las preferencias para las elecciones de 2016; como si él pudiera urdir planes maquiavélicos, aceitados, precisos y eficaces. ¡Ni siquiera pudo impedir que saliera una entrevista en COSAS!

Humala y Heredia son un montón de cosas. Y sus enemigos se han encargado de que también sean víctimas. Y eso nos va a salir caro a todos. Después se quejan de que Perú siempre pierde en la CIDH.