Hoy el Pleno del Congreso admitió la solicitud de moción de vacancia contra el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK). (Piko Tamashiro/Perú21)
Hoy el Pleno del Congreso admitió la solicitud de moción de vacancia contra el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK). (Piko Tamashiro/Perú21)

Es lo que le queda, es la única salida “elegante”. No se le ocurra decir que usted no estaba enterado, que lo hicieron sus ministros o sus aliados o sus asesores sin su conocimiento. No se le ocurra pretender vernos la cara de tontos una vez más. No añada otra ofensa al golpe.

Hasta hace 40 minutos, el resultado de la votación de la vacancia estaba para cualquiera (escribo esta columna cuando ya había enviado una). Ahora nadie que no sea del partido oficialista –y esto es– tendrá la cara de palo suficiente para votar por PPK. El que vote a favor sin ser oficialista caerá bajo sospecha y, además, van a investigar hasta a sus abuelos y nietos. Sobre todo, después de ver al congresista Bienvenido Ramírez recitar una lista pormenorizada de todo lo que le dio el gobierno luego de abstenerse en el primer proceso de vacancia.

Sí, el video de los congresistas Ramírez y Bocángel en la oficina de Kenji ofreciéndole presupuesto, puestos, oficinas y almuerzos (“de la csm”, Kenji dixit) con el presidente a un tercer congresista de Fuerza Popular para que vote en contra de la vacancia es un asco, pero es un asco liberador.
“La verdad os hará libres”, dijo el carpintero de Judea. Siempre, aunque esa verdad sea una porquería.

¿Queda Keiko como la hermana buena que se rebeló contra los caminos oscuros de su padre y su tío Vladimiro? En parte, sí. El reto que enfrenta sigue siendo enorme: superar sus propias rabietas y convertirse en una alternativa viable. Muy difícil.

Mientras tanto, Kenji puede ir embalando ese kit que compró ayer para recoger firmas e inscribir a su partido, Cambio21, una réplica –vemos ahora– de Cambio90. Y Alberto debería ir tomando un avión a Japón. En serio.

¡Caliente, Vizcarra!
PD. A lo lejos escucho la voz de PPK: “Yo no he hecho nada malo”.