Mantener la perspectiva del tablero de juego cuando uno está rebasado por la velocidad y la violencia del día a día es una tarea difícil que no todo el mundo puede hacer. Por eso es importante rodearse de gente que pueda mirar el paisaje desde fuera y decirnos, con brutal honestidad, en qué y cómo la estamos fregando, dónde están los icebergs, los huecos, de dónde vienen las amenazas, a qué distancia están y el costo de oportunidad en términos de consecuencias que podría acarrear prevenirlas, evitarlas o enfrentarlas.
Un consejero que jamás nos incomode, obsecuente y zalamero, que nos justifique ante nosotros mismos, que refuerce nuestros sesgos, no sirve. Invariablemente, es mucho más útil un pesimista fijón que un optimista devoto. Un adversario justo e inteligente ayudaría, pero el Gobierno tiene a un infante pataletudo capaz de amputarse un brazo solo para poder echarles la culpa.
En el Gobierno deberían hacerse estas preguntas: ¿qué ha pasado cada vez que han retrocedido frente a la matonería opositora? ¿Qué pasó después de que no defendieron a Saavedra y luego se dejaron insultar y difamar como le dio la gana a la Bankada? Además de negarle el permiso de salida del país a PPK e interpelar a la ministra de Educación, ¿qué esperan que pase luego de bajarse al director del LUM y al agregado cultural en España “para no polarizar más”? ¿Para qué ha servido tanta “ecuanimidad” frente al escupitajo y al abuso naranja?
Tip 1: Según GfK, solo 2 de cada 10 peruanos piensan que están haciendo las cosas bien.
Tip 2: Siete de cada 10 de los que votaron por PPK creen que se equivocaron al hacerlo.
Listo, ahora sigan creyendo lo que quieran creer.