Hector Becerril justificó contratación de excongresistas fujimoristas como asesores de Fuerza Popular. (Renzo Salazar)
Hector Becerril justificó contratación de excongresistas fujimoristas como asesores de Fuerza Popular. (Renzo Salazar)

“Nosotros tenemos gente dentro del Gobierno que nos informa todo”, le dijo en abril al diario Gestión el actual presidente del Congreso –y fujimorista converso–, Luis Galarreta.

Tras la interpelación y censura de Jaime Saavedra, se hizo evidente que existen diferencias entre los fujis más aplomados, técnicos y pensantes, y los más nuevos y feroces y tipo Becerril y Beteta que obedecen sin chistar a Ana Herz y a Pier Figari. Para algunos, aquello suponía que el flujo de información desde los topos fujis hacia la Bankada disminuyera. Pero no sucedió. Hay una persona muy cercana al congresista Becerril con acceso al círculo más cerrado del Poder Ejecutivo y cercano al presidente y al premier. Y no le estoy tirando dedo a nadie, en el Ejecutivo lo saben bien y lo aceptan.

El Apra también tiene amigos en Palacio. Hay una persona en un puesto tan importante que tiene a su cargo la conducción de los asuntos rutinarios del MEF y que se encargó de la supervisión y coordinación de la elaboración del Presupuesto 2018. Así de importante. Es verdad que es humanamente imposible encargarse de dos carteras al mismo tiempo, pero para eso existen los viceministros, señor ministro. En su defensa habría que decir, sin embargo, que esta persona ya se encargaba de esos mismos temas mientras Alfredo Thorne se lidiaba con los dos o tres temas específicos que le interesaban más (y que no salieron bien).

Está mal que se filtre información porque atenta contra la institucionalidad, pero que la congresista fujimorista Cecilia Chacón se queje de eso después de la declaración de Galarreta parece broma. Si se dan cuenta, cuando se desactive la ley antitransfuguismo, el flujo de información privilegiada hacia el fujimorismo también se acaba. Están aterrados. Y los apristas felices jugando a dos cachetes.