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Hago mía la pregunta del ex procurador José Ugaz: ¿qué pasó con el informe de más de 100 propuestas de política pública que la Comisión Presidencial de Integridad –que el propio presidente Kuczynski creó en octubre de 2016 empujado por el escándalo Moreno– le entregó a PPK?

Ayer, el premier Zavala dijo que la lucha contra la corrupción le compete a todos los poderes del Estado. Quizá lo olvidamos pero, en octubre del año pasado, el Ejecutivo convocó a esos "poderes" a una reunión para comprometerlos en la lucha anticorrupción (sí, también por el escándalo Moreno). La entonces presidenta del Congreso, Luz Salgado, no asistió: es un acto "desesperado", "para la foto", "no creo en estas reuniones", dijo.

Podría decirse que si no fuera por lo que está logrando el ministro Carlos Basombrío desde el Mininter, Salgado hubiera tenido razón. Pero a casi un año de esa reunión, diera la impresión de que se refería a un tipo de corrupción que no es la que naturalmente enfrenta Basombrío en su lucha contra la delincuencia y los malos elementos y prácticas perversas en la Policía. Parece que hubiera cierta corrupción que no se toca porque no se considera como tal.

Mirar a través de los ojos de intereses empresariales desde el Estado podría ser discutible (las más de las veces sirven a intereses opuestos). Pero si es verdad que en el Ejecutivo hay quien cree que los actos poco éticos se reducen a pedir, dar o recibir coimas, vamos fritos. El cabildeo para empujar reformas que defienden al Estado está mal si desagradan al sector privado. Si, en cambio, "el mercado" (ese gran equívoco) lo mira bien, debe ser bueno y lo será para el Estado aunque no parezca.

El premier se sorprendió por la crítica a la designación de la Sra. Molinelli en el Midis. Lo preocupante es, precisamente, que le sorprenda.