Jorge Barata
Jorge Barata

Le tomaron la declaración a Jorge Barata. Los fiscales no llevaron preguntas sobre los casos de PPK ni de Alan García, solo de Keiko Fujimori y Ollanta Humala y, de estos, solo en lo concerniente al financiamiento de sus campañas (presunto lavado de activos).

Lo más grande, las coimas y los sistemas de corrupción para hacerse con obras de infraestructura por cientos de millones de dólares en el Perú –que tocan a todos los presidentes–, se tratará en otra ocasión.

Hamilton Castro es el fiscal encargado de los casos de corrupción y según cada vez más voces no está haciendo su trabajo como debe. ¿No será, más bien, que la lista de involucrados es demasiado caliente como para salir a declarar todos los días? ¿No será que en la Fiscalía las paredes y hasta el piso tienen ojos y oídos, y huecos por donde se filtra información que termina en manos de los investigados?

Recordemos la ferocidad –y desesperación– con la que desde el Congreso (principalmente el Apra y el fujimorismo) y desde el día uno se pretendía acceder a la información que tenía la Fiscalía sobre los casos de corrupción. Era curioso. Cierto, el Ministerio Público no goza de la confianza ni de las simpatías del respetable, pero lo mismo y peor es aplicable al Congreso que, además, necesita a la Fiscalía para que lo que sea que investigue tenga efecto en la realidad.

¿Por qué ya no parece tan importante? De pronto, el CNM no admitió la denuncia contra el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, la fuerza del látigo sobre el Ministerio Público ha amainado y Mauricio Mulder dice que si PPK no se presenta ante Lava Jato, harán públicos los documentos en poder de la comisión.

¿Alguien más huele canje?