Congreso. (GeraldoCaso/Perú21)
Congreso. (GeraldoCaso/Perú21)

No sabemos aún si Martín Vizcarra escogería asumir la presidencia en el caso de que PPK sea vacado o renuncie (aunque lo haya negado, no debe ser descartado porque también dijo que no habría de indultar a Fujimori e igual lo indultó).

Casi con seguridad podría hacer un mejor gobierno que el de Kuczynski; no solo porque es difícil hacerlo peor ni porque las condiciones que habría de enfrentar son diferentes, sino porque Vizcarra sí tiene algo que perder: años de carrera y ambición política por delante; y porque el vicepresidente tiene un olfato político desarrollado y una personalidad práctica, de los que carece PPK y casi todo su entorno.

¿Por qué votaron para blindarse en el Congreso hasta los que se cuidan de no salir ni en foto con los fujimoristas o apristas? La leyenda dice que, en su desesperación, el Ejecutivo había decidido hacer cuestión de confianza por cualquier razón que le permitiera cogotear al Congreso y, eventualmente, presionarlo hasta que a este no le quede más remedio que negarla, provocando su disolución.

Esto cocinaba en Palacio (Presidencia y PCM), en la bancada ppkausa y en parte de la de Acuña. En el Apra y en Fuerza Popular se dieron cuenta y alertaron a las demás bancadas: nos quieren disolver para salvarle el pellejo a PPK, que está desesperado. Parte de las comprometedoras declaraciones de Sepúlveda –hechas públicas este fin de semana– se habían filtrado y el peligro –y consecuencias– de que el aprofujimorismo se haga con el poder era demasiado alto.

Ante esto, al Congreso no le quedó más remedio que hacer la salvajada anticonstitucional que hizo y que seguramente rechazará y anulará el Tribunal Constitucional. Pero ganaron tiempo.

¿Qué historia es más probable? ¿Esta o que los congresistas no se quieren ir antes de 2021? ¿Puede la verdad ser tan inverosímil? Sí. ¿Importa? No.