La fe al poder. (USI)
La fe al poder. (USI)

El 46% de la población peruana tiene un perfil ideológico conservador y autoritario, según el test de Nolan publicado por este diario en junio de 2017.

En 2014, era 31%. La versión posmoderna del facho franquista es el fanático evangelista que cae en dicho perfil y cuya agenda es más o menos así: -No derechos LGTBI.

-No despenalizar ningún tipo de aborto (¿tiene 8 años y da a luz? ¡Milagro!).

-Si tienes plata, tienes razón (no aplican restricciones).

Esos fueron los socios de Keiko en la última campaña y lo serán de cualquiera que les dé más acceso a lo político a cambio de financiamiento.

Es tragicómico. Aun con Odebrecht y las demás constructoras fuera del juego, la necesidad de dinero de los partidos y movimientos políticos sigue existiendo. ¿Quién la atenderá? Ya vimos a los fanáticos religiosos, también a los mineros ilegales y seguro que algún narco se habrá asomado, pero no han sido los principales financistas de las campañas (o es lo que me gustaría creer). ¿Qué fondos protagonizarán las próximas elecciones para lavar dinero y comprar favores y voluntades políticas a granel?

Al delincuente común, al ladrón de barrio, le va mal con los fascismos porque los persiguen y los matan para usarlos de chivos expiatorios. A las grandes mafias y a las redes de delincuentes, en cambio, los fascismos les quedan como guantes de seda.

En 1990 –hace 28 años– un desconocido llamado Alberto Fujimori se metió en la 2da. vuelta electoral con el apoyo de un tal pastor Lay. Ronald Reagan se acercó a esos grupos en 1980... y ganó. En todo el mundo estos movimientos, con agendas distintas pero que giran alrededor de los tres ejes mencionados, van avanzando.

La fe que no se hace preguntas divide, pues en todo lo distinto ve amenaza: nosotros y ellos. Ya hemos estado aquí.