De la tele al cine: Conoce cuánta gente fue a ver 'La Paisana Jacinta'. (USI)
De la tele al cine: Conoce cuánta gente fue a ver 'La Paisana Jacinta'. (USI)

Yo estoy de acuerdo con la censura cuando un contenido es peligroso, incita al odio, refuerza y perenniza estereotipos nefastos y justifica la violencia y la discriminación y el desprecio por otros seres humanos. De hecho, se lee tan bien que habría que ser un maldito para no estar de acuerdo con censurar contenidos bajo estos supuestos.

Pero veo dos problemas: primero, ¿existen los procedimientos legítimos e institucionalizados para ejercer este tipo de mecanismo? Me parece que no. Y, segundo, más espinoso aún: si los inventamos –cuando los inventemos, porque la indignación vuelve idiota y así lo haremos–, ¿no los van a usar esos de los 72 votos en el Congreso para presionar a quien corresponda y sacar de cartelera La cautiva, Savia, bajarse muestras en cualquier museo, retirar libros, revistas y películas del mercado, cancelar programas de TV y cerrar cuentas de Facebook por pertenecer a rojetes sociales-confusos promotores del Alzheimer mandando a la gente a leer?

Por ejemplo: la Paisana Jacinta es un ataque a una parte de la sociedad a la que estigmatiza y no se puede aceptar que se contrabandee cualquier cosa debajo del manto de la libertad de expresión, de empresa o de lo que sea. Ya. ¿Y ahí se va a quedar? ¿Nadie más va a usar nunca más el mecanismo de censura para retirar algo invocando principios con argumentos que a algunos de nosotros, tres gatos, nos van a parecer ridículos, pero que un montón de chupacirios encontrarán legítimos y reivindicadores de los valores de vasos de papel encerado en los que dicen creer?

Cuando inventemos esa pistola, la va a poder usar cualquiera. ¿Qué tal si la usa Tubino? ¿Becerril? ¿Keiko? ¿Rozas? ¿Acuña? Ya se bajan gente sin pistola. ¿Normal no más?