La adquisición de Quicorp por parte de Intercorp ha concentrado gran parte del mercado farmacéutico en una sola empresa. (USI)
La adquisición de Quicorp por parte de Intercorp ha concentrado gran parte del mercado farmacéutico en una sola empresa. (USI)

La presunción de inocencia es un derecho consagrado en la Constitución y en casi todos los países del mundo civilizado. No es una opción, es un derecho que nos asiste a todos, incluyendo a las personas jurídicas.

En ese sentido, como bien apuntaba Enzo Defilippi en una conversación que mantuvimos en Twitter, asumir ex ante que una empresa utilizará su posición de dominio en perjuicio de los consumidores y tratar de evitar a toda costa que esa posición de dominio se produzca o cristalice es, de alguna manera, como evitar que alguien se compre un arma porque de repente un día se vuelve loco y sale a la calle a matar a todo el mundo. Entiendo eso.

InRetail –del grupo Interbank/Intercorp– acaba de hacerse con el 90% de las cadenas de farmacias. En el año 2016 fueron sancionadas por Indecopi –antes de que se fusionen– por concertar precios. Sí, se pusieron de acuerdo para saltarse la ley de oferta y demanda: mataron la competencia. Inkafarma se allanó y reconoció el hecho doloso (no apeló) y la oficina responsable ya no existe. La empresa ha jurado por los tres chanchitos que no subirán los precios, aunque ya no tengan competencia.

Las cadenas muy pequeñas –mucho menos las boticas independientes– no pueden negociar precios con los laboratorios. No tienen economías de escala. No tienen logísticas sofisticadas. InRetail, sí.

¿Cuál es el incentivo para que una cadena de farmacias que domina el 90% de su nicho traslade los ahorros a sus clientes, en su mayoría, cautivos? ¿Cuál para vender genéricos si hoy mismo es difícil encontrarlos? ¿Cuál para que no acerquen sus precios con los de las farmacias de las clínicas privadas?

¿Cuántas cuadras está usted dispuesto a caminar por un jarabe para la tos cinco soles más barato?

Mañana volvemos con más.