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Redacción PERÚ21

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Guido Lombardi,Opina.21Para ello hay que tener ideas claras, colaboradores de confianza y enormes dosis de energía, porque se trata –como en el mito de la Hidra– de enfrentar a un monstruo de múltiples cabezas al que, cuando se le corta una, le aparece otra más feroz.

Los ejemplos sobran, desde la mala utilización del combustible (un exministro contaba en privado que cuando quiso devolver la gasolina asignada a sus vehículos y no utilizada durante el mes, se encontró con que el sistema no admitía tamaña "irregularidad"); la venta de ascensos con un costo extra si viene acompañado de la designación a un destino especialmente rentable; el alquiler de armamento a organizaciones delictivas; las comisiones y sobrecostos en todas las adquisiciones, desde el equipamiento hasta los útiles de escritorio y un largo etcétera que tiene como resultado la incapacidad policial para reducir el crimen, garantizar la seguridad ciudadana, controlar el contrabando o hacer cumplir las normas de tránsito.

Quienes apreciamos las cualidades personales y profesionales del ministro del Interior, Walter Albán, estamos doblemente obligados a exigirle claridad sobre lo que viene ocurriendo en su sector y las medidas adoptadas para cambiar la situación.

Por ahora no resulta verosímil la explicación sobre la anulación de la compra de binoculares antes de la investigación periodística que hizo evidente la desvergonzada sobrevaluación y es sorprendente que no se haya abierto una investigación al respecto.

Albán le debe una inmediata explicación al país sobre los responsables de este despropósito.

De no producirse en las próximas horas provocará, paradójicamente ya que él fue el gran aporte de Villanueva, la primera crisis en el todavía no reestructurado gabinete que nos viene ofreciendo don César desde hace tres meses.