Las personas decidimos invertir o tomar un préstamo si creemos que el futuro será mejor. El problema es que si todos pensamos que las cosas van a empeorar, actuamos en ese sentido y hacemos que lo que creíamos que iba a pasar, pase.

El Banco Central publicó su informe de la Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas y los resultados no son alentadores. Primero, las expectativas de crecimiento para este año se han reducido para analistas económicos, el sistema financiero y empresas no financieras a un rango de 2.5% a 3%. En los tres casos hay un deterioro respecto a junio y julio. Segundo, se espera que el tipo de cambio cierre el año en torno a S/3.40, más que en junio y julio. Tercero, las expectativas sobre cómo les irá a las empresas son negativas. No sorprende que se hayan reducido las expectativas de contratación de trabajadores a 12 meses.

¿Qué hacer en estas circunstancias? Debemos conocer las causas, que son dos: por un lado el comportamiento de la economía global, cuyo principal exponente es la guerra comercial entre China y EE.UU. y su impacto en el Perú. El otro factor es la incertidumbre política. Nadie puede pensar invertir o tomar un crédito ante el temor de no saber cuándo serán las elecciones generales. Necesitamos mejoras institucionales y volver a creer. Los ciudadanos tienen que notar que su vida mejore. En otras palabras, y como en el fútbol, sin resultados positivos, no es posible creer.

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