[Opinión] Camila Bozzo: Evadas. (GEC)
[Opinión] Camila Bozzo: Evadas. (GEC)

En dónde come o dónde se hospeda Evo Morales cuando viene al Perú no tiene mayor relevancia política. Lo que sí nos atañe es el papel que jugaría en el gobierno de Castillo. No hay que olvidar que Morales tiene particular desdén por la institucionalidad democrática; sus intentos por entronizarse en el poder son prueba palpable. ¿En qué podría contribuir con el gobierno una persona con claras inclinaciones antidemocráticas?

Ayer, durante una reunión del gremio de docentes fundado por Castillo (Fenate), Morales afirmó que “la mejor forma de cambiar la política es con la Asamblea Constituyente”. Sin embargo, omite mencionar que en el Perú hay un impedimento constitucional y que, dada la correlación de fuerzas en el Congreso, para convocar a una Constituyente, se tendría que patear el tablero. Es temerario promover, así sea indirectamente, la convocatoria a una Constituyente cuando las condiciones no están dadas. Aunque no sorprende viniendo de alguien que ve la institucionalidad como un comodín, por algo es autor de frases como esta citada en el libro Evadas: “Por encima de lo jurídico está lo político, (…) cuando algún jurista me dice: ‘Evo, te estás equivocando jurídicamente’ (…), yo le meto por más de que sea ilegal, después les digo a los abogados: ‘Legalicen ustedes, ¿para qué han estudiado?’” (sic).

Morales soslaya que la situación en el Perú no es la misma que la de Bolivia cuando él toma el poder. Castillo ganó la elección con votos prestados y, a dos semanas de asumir, tiene una alta desaprobación (41%, según Datum), una férrea oposición en el Congreso, a unas FF.AA. incómodas, y a las calles atizadas por los yerros de su gestión (ahora es solo la derecha la que se manifiesta, pero el malestar irá creciendo a medida que la crisis económica arrecie). Además, según las encuestas, la Constituyente no tiene aprobación popular.