Imagen referencial. Una mujer emite un voto en la Oficina de Elecciones y Registro de Votantes del Condado de Richland en Columbia, Carolina del Sur. Archivo del 6 de octubre de 2020. (Sean Rayford/Getty Images/AFP).
Imagen referencial. Una mujer emite un voto en la Oficina de Elecciones y Registro de Votantes del Condado de Richland en Columbia, Carolina del Sur. Archivo del 6 de octubre de 2020. (Sean Rayford/Getty Images/AFP).

En tres semanas se dará la elección del líder del mundo libre. ¿Cómo se decidirá exactamente? En EE.UU. no se elige al presidente por voto popular nacional, sino por el colegio electoral. Quien gana el voto popular en una combinación de estados que les otorgue 270 votos electorales vence. A algunos les confunde este sistema. Para otros, el hecho de que pueda ganar el candidato con menos votos “no tiene sentido”. En realidad, tiene mucho sentido.

Puede parecer incomprensible que Clinton haya perdido a pesar de sacar un 48% contra el 46% de Trump, pero el republicano ganó 30 estados y la demócrata solo 20.

Desde el origen de EE.UU., los estados fueron claves. El país nació por la unión de excolonias con intereses en común. Desde entonces, los estados pequeños se resisten a que todo se decida en las grandes ciudades.

Además, EE.UU. no es el único con un sistema electoral complicado.

En Canadá, Trudeau ganó en 2019 a pesar de sacar menos votos que su principal contrincante (justo porque venció en regiones con mayor peso electoral). En Perú, la elección del presidente es simple, pero no existe un método de elección para el Congreso que sea igualmente sencillo. El sistema D’Hondt se usa en muchos países, pero nos da resultados como el de las elecciones congresales. En Madre de Dios, por ejemplo, Unión por el Perú ganó el único escaño a pesar de sacar menos del 20% del voto y quedar segundo en términos de votos totales.

En suma, cada país se ha formado a través de procesos distintos y, por ende, existen diferentes sistemas electorales. Uno no es malo o bueno porque gane un candidato que nos guste o no. De cualquier modo, como van las cosas, el colegio electoral no salvará a Trump.

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