6 claves para entender y reconocer el autismo en nuestros hijos. (Difusión)
6 claves para entender y reconocer el autismo en nuestros hijos. (Difusión)

Hace 20 años, en la más prestigiosa de todas las revistas de medicina, The Lancet, un cirujano, Andrew Wakefield, compartió sus hallazgos: existiría un vínculo entre el autismo y la vacuna triple. Y, entonces, millones de padres decidieron exonerar a sus hijos de uno de los avances más notables de la medicina.

Lo notable es que aun cuando se demostró que el reporte fue fraudulento, números enormes de personas siguen creyendo lo que es a todas luces una falsedad. Pero el autismo es misterioso, hasta ahora inexplicable científicamente y, no obstante los miles de tratamientos propuestos, incurable. Todos los factores para que teorías conspiracionales pululen en las redes y científicos hambrientos de fama y pocos escrúpulos lancen hipótesis sin sustento.

Es verdad que desde el nuevo milenio los diagnósticos han pasado de 1 en 150 a 1 en 68 —muchos más hombres que mujeres— lo que no se puede explicar por cambios genéticos ni mejores instrumentos de detección.

Se ha comenzado a explorar otros factores: vivir, durante la gestación, cerca de campos en los que se usan ciertos pesticidas —el clorpirifós, por ejemplo— o infecciones serias durante el embarazo, que parecen aumentar la probabilidad de problemas de comunicación y conductas sociales.

Algunos piensan que un sistema inmunológico acelerado por ciertas circunstancias durante el embarazo aumenta procesos inflamatorios en el cerebro del feto que perturban su desarrollo.

El estudio serio de variables ambientales, genéticas y lapsos críticos durante los cuales las interacciones se producen pueden mejorar nuestra comprensión de los factores de riesgo. Pero esperar que la respuesta sea sencilla —una vacuna, un estilo de crianza— es poco realista.

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