FLOR PABLO
FLOR PABLO

La escala de la polémica por el link en un texto escolar de secundaria que remite a información poco discutida sobre sexualidad es el esplendor del pensamiento cavernario. ¿Es tan grave hablar con escolares de últimos años sobre distintas prácticas sexuales? Es probable que algunos las practiquen, piensen en ellas o tengan dudas sobre sus implicancias. En esos casos no hay nada peor que la oscuridad de la desinformación.

Los críticos se han “escandalizado” porque dicen que el link remite a pornografía. ¿Por dónde?

En cualquier programa de educación sexual serio se habla de distintas prácticas sexuales con la finalidad de prevenir enfermedades y promover el desarrollo de una sexualidad responsable. Si el link estaba en el texto sin una explicación adecuada, eso se debería haber corregido y ya. En el fondo era totalmente inocuo, pero el conservadurismo ha sabido armar una tormenta, logrando reducir un debate complejo a un link insignificante.

Ceder tan fácilmente a las críticas de los Rosas y Arimborgos es darle en la yema del gusto a los ultraconservadores que han emprendido una campaña política y legal contra cualquier esfuerzo que busque cambiar las estructuras de una sociedad misógina y patriarcal. No dejan de sabotear a la educación. Sacaron a Saavedra y Martens. Se llevaron a Vexler con PPK. Luego pidieron la salida de Alfaro y ahora la de Pablo.

La respuesta del Gobierno ha tenido una racionalidad burocrática cuando debió ser política. Ya se cedió demasiado y se ha abierto una ventana por la que la agenda conservadora intenta ingresar para llevarnos a todos a sus cavernas. La ministra Flor Pablo sabe de estas batallas, pero necesita apoyo. Si el Gobierno no recupera peso político, este es un ejemplo de cómo comenzará a ser soplado como pluma por pesos pluma.