Los audios de la vergüenza destaparon una corrupción enraizada en el sistema de justicia. (Composición Perú21)
Los audios de la vergüenza destaparon una corrupción enraizada en el sistema de justicia. (Composición Perú21)

Los audios que escuchamos hace ya un mes nos vienen degradando como país. La acusación de corruptos se generalizó a prácticamente todas las autoridades y el ciudadano está en un desagradable partido de ‘ping-pong’.

No termina de fijar su atención en un ‘bando’ para que –sobre todo últimamente– tenga que voltear hacia el otro. Finalmente, gana el hastío y un peligrosísimo sentimiento nacional de indignación: todo es una porquería.Las grabaciones que emitió el IDL permitieron detener a varios presuntos delincuentes, dos empresarios, un juez superior y sus ayudantes. No se crea que la Corte Superior del Callao ha sido ‘limpiada’ totalmente.

Los chalacos que la conocen hablan de un 20%. Aún hay cerca de siete jueces en investigación, aunque anónimos e inexistentes para el peruano promedio. Sin duda ha sido un excelente aporte de esos periodistas.IDL es una institución respetable, los colegas que ahí trabajan, algunos amigos, también lo son. No obstante, la pregunta cae de madura: ¿puede un país estar al vaivén de cómo decide IDL Reporteros publicar los numerosos audios que dice poseer? No conocemos ninguna democracia que haya pasado por esto. Con los WikiLeaks, la información se colgó toda en la ‘web’ y de ahí se podía bajar.

Los periodistas aportan a la sociedad en la que viven con las informaciones de corrupción que investigan o que les llegan. Pero para nadie es un secreto que la publicación de estos audios por IDL tiene un diseño o –para no incordiar– un particular criterio. Muchos nos preguntamos cuándo terminará esto, o será como los cuentos de ‘Las mil y una noches’ (audios).

En el ínterin se pone en la criba a quienes no son santo de la devoción de esta institución. Pero, ¡oh, sorpresa!, como en los sainetes, la condena de la inmoralidad se vuelve relativa. Apareció otro grupo, de derecha esta vez, que consiguió los mismos audios y comenzamos a escuchar que personas encumbradas moralmente no lo son tanto. Ahora todos somos sospechosos e inmorales. El vocal supremo suspendido César Hinostroza no es el único, faltan más audios del otro bando.

Esto puede terminar fácilmente en un 5 de abril de nueva factura. Sería conveniente un armisticio, entregándose todos los audios (armas) a autoridades confiables. Serán ellas quienes juzguen, así como lo están haciendo actualmente con Lava Jato, estancado sabe dios por qué intereses.

Pagamos impuestos para que haya justicia. Vayamos al punto; quien no ha pedido un favor en el Estado que tire la primera piedra. Ocurre en la China y en la Cochinchina.