"Es fundamental que estas reformas se implementen para que Perú no solo proteja los derechos de los trabajadores, sino que también mantenga y mejore su viabilidad económica en el panorama internacional".
"Es fundamental que estas reformas se implementen para que Perú no solo proteja los derechos de los trabajadores, sino que también mantenga y mejore su viabilidad económica en el panorama internacional".

Amador Chambilla

Hace unos meses, mi vida estaba en armonía. Trabajaba desde mi casa en Lima para una empresa tecnológica en Estados Unidos. Todo era ideal: flexibilidad, comodidad y la posibilidad de estar con mi familia. Pero entonces, como un baldazo de agua fría, llegó la noticia: “Todos deben volver al trabajo presencial”.

La exigencia me puso en un aprieto. Sin visa para Estados Unidos, volver al trabajo presencial era imposible. Propuse continuar mi labor de forma remota o la posibilidad de que la empresa abriera una oficina en Perú. La respuesta fue contundente y desalentadora: las leyes laborales peruanas, que promueven estabilidad pero también elevan los costos laborales, no permiten la competitividad necesaria. Sentí que las puertas se cerraban mientras la empresa consideraba otras regiones con regulaciones más flexibles.

Esta situación me hizo reflexionar sobre cómo las leyes laborales complican innecesariamente la solución a estos problemas. Las regulaciones peruanas, aunque diseñadas para proteger al trabajador, terminan desincentivando la inversión extranjera directa y limitando las oportunidades de empleo.

Perú necesita urgentemente reformar su sistema laboral para fomentar un entorno más favorable para los negocios. Esto incluye aumentar la flexibilidad laboral, simplificar los requisitos que las empresas deben cumplir y reducir los costos laborales. Estas medidas permitirían a las empresas operar con más eficiencia y hacer de Perú un destino atractivo para la inversión y la innovación global.

Si Perú hubiera tenido un marco laboral más atractivo, mi empresa podría haber establecido una sede aquí, aprovechando el talento local y contribuyendo al crecimiento económico del país. Esta posibilidad, perdida por ahora, resalta la urgencia de transformar nuestro entorno laboral. Con políticas laborales adaptadas a las exigencias del mercado global, podemos asegurar un futuro competitivo y lleno de oportunidades para todos. Es fundamental que estas reformas se implementen para que Perú no solo proteja los derechos de los trabajadores, sino que también mantenga y mejore su viabilidad económica en el panorama internacional.

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