El plan pico y placa se aplica en cuatro vías de la ciudad. (Foto: GEC)
El plan pico y placa se aplica en cuatro vías de la ciudad. (Foto: GEC)

Cuando el alcalde de Lima anunció la medida de ‘pico y placa’, me alegré. Pensé que iniciábamos una nueva etapa y que se había estudiado con profundidad el problema del tránsito y que, finalmente, tendríamos una solución al menos en esos lugares. No fue así.

El problema del tránsito es multifactorial y no se puede resolver atacando uno solo de los factores, como lo pretende la propuesta. El problema no es solamente la cantidad de vehículos, sino muchos otros más que esta medida no ha considerado.

Es mi humilde opinión, no funciona porque se deben corregir otros problemas antes de la reducción de la cantidad de vehículos en una vía; por ejemplo, no se ha hecho una señalización de vías alternas para facilitar el paso de vehículos orientado a los conductores, tampoco se han preparado las vías alternas para que estas soporten el incremento del flujo vehicular, tampoco se ha incrementado la cantidad de inspectores para eliminar a los transportistas informales, taxis y colectivos que detienen el tránsito y paran donde mejor lo consideran, lo que genera un atoro permanente.

El problema del tránsito es un problema que no solamente altera nuestras vidas haciéndonos pasar tres o cuatro horas en las pistas dentro de un bus o en un auto buscando con las aplicaciones los atajos para ahorrar tiempo. El tráfico genera un problema de inseguridad ciudadana, son muy frecuentes los robos que se producen en los momentos en que los atascos te dejan encarcelada en las ventanillas de los autos, y si la ventanilla está cerrada, los llamados bujiazos rompen los vidrios y se llevan todo lo que encuentran.

El caos vehicular que afecta nuestra querida Lima es un problema central provocado por múltiples factores. Por lo tanto, la solución debe ser también multifactorial.

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