-¿Ese amiguete de PPK llamado Gerardo Sepúlveda es un Premio Nobel o es el Neymar de los consultores, pues a él solito se supone que le han pagado US$5 millones? ¿Sepúlveda vale profesionalmente solito igual que un Grupo McKinsey? ¿Un banquero que ha manejado miles de cuentas y tanta plata ajena como PPK no sabe lo que pasa en su cuenta corriente y con su plata? ¿PPK aparecía en los brochures de First Capital por abusos de confianza de Sepúlveda para marketearse? ¿El único dueño de una cuenta no es responsable de lo que pasa con esta? ¿PPK ignoraba que Sepúlveda trabajaba para Odebrecht y para labores en el Perú? ¿PPK desconocía el artículo 126 de la C-93, que un funcionario público NO puede estar cerca de esos entripados? ¿Importa que los contratos Odebrecht-Sepúlveda sean supuestamente “lícitos” y “solo coordinados entre ellos” si finalmente Westfield es de propiedad de PPK? ¿Aquí ya no hay “autoría mediata”? ¡Ya pues!
-Ya comenzó la “Operación Lavandería PPK” desde La República y la rojicaviarada, buscando excusas con Sepúlveda y creando una narrativa de “golpe de Estado” (Mirko Lauer), hasta con una marchita minúscula.
-Nakazaki y otros están asimilando –erróneamente, espero– el Derecho Penal al Derecho Constitucional. Esto no es un proceso penal en tribunales (ese ya vendrá: negociación incompatible, tráfico de influencias, cohecho, etc.…), sino uno político desde el Congreso. Y aquí no existe la figura del ‘impeachment’ (juicio al presidente), como algunos huachafos o ignorantes pretenden.
-Convocar a elecciones en este ambiente sería una locura: el país se paralizaría económica y administrativamente por un año y las cabezas están demasiado calientes, listas para un loquito populista. Vizcarra al poder y pronto.
PPK es insostenible, así no prospere la vacancia.