El Tribunal Constitucional evaluó en una audiencia en setiembre los cambios a la cuestión de confianza. (Foto: USI)
El Tribunal Constitucional evaluó en una audiencia en setiembre los cambios a la cuestión de confianza. (Foto: USI)

¡Qué tal quilombo se ha armado con esto de las nuevas bancadas! Y es básicamente político antes que legal, sin malos ni buenos. Política pura. Tiempo atrás, la mayoría fujimorista dispuso en el reglamento congresal que aquellos que abandonen sus bancadas no pueden constituir nuevas. Los opositores acuden al TC en busca de declarar anticonstitucional esta disposición. El TC tiene siete miembros, tres de ellos siguen incondicionalmente al “doctor” (nunca le pasó nada por falsario) Eloy Espinosa-Saldaña, un caviar antifujimorista que siempre quiere sacar alguna norma contra los naranjas. Este bloque caviar de cuatro no pudo declarar la inconstitucionalidad de la norma por no tener los cinco votos necesarios, pero hicieron algo curioso: en vía de “interpretación”, dispusieron, con su mayoría de cuatro miembros, que “disidentes de conciencia” pueden constituir otras bancadas. ¡Una leguleyada por donde se vea!

Como no tenían los cinco votos necesarios y era un decisión muy politizada y “rara” (por decir los menos), la mayoría fujimorista alegó que había que interpretarla en el Congreso. Y la encajonó. Pero como ahora Salaverry ya se le volteó a los fujimoristas (tal como su antecesor Felipe traicionó al presidente Orbegoso en 1835) y es un peón de Vizcarra para salvarse, decidió recoger inesperadamente esta “interpretación” para debilitar a los naranjas y permitir formar nuevas bancadas que le sirvan a su nuevo jefe Vizcarra.

Para más esperpento, salen –irresponsablemente– Urviola y Blume a apoyar a Salaverry como si de verdad hubiera habido una declaración de inconstitucionalidad, junto a congresistas y coleguitas, que por políticamente interesados o ignorantes del tema apoyan esa falaz versión. End of the story!

*La Salaverrina es una antigua marcha militar.