Ollanta Humala y Nadine Heredia calificaron de "desproporcionada" la incautación ordenada contra sus bienes. (Piko Tamashiro)
Ollanta Humala y Nadine Heredia calificaron de "desproporcionada" la incautación ordenada contra sus bienes. (Piko Tamashiro)

Ollanta Humala pocas veces ha tenido un crítico más pertinaz que este servidor, desde que apareció en el radar electoral en el año 2005. Desde Correo descubrimos y denunciamos el dinero venezolano y brasileño, amén de mil historias más. Advertimos, sin éxito, que era un chavistoide y un probable títere de Brasil, además de que en absoluto estaba capacitado para gobernar. Muchos no nos hicieron caso (el “electarado…”) y ganó finalmente la presidencia (gracias también a los rojicaviares, los vargallosistas y los demás odiadores), pero felizmente ni fue Velasco II, ni nos vendió completamente a Brasil. Hizo un gobierno colosalmente mediocre, infló la planilla pública y nos metió en estupideces carísimas (Talara, Panamericanos, etc.). Hasta me espió a mí y a mi familia. No, no les tengo la menor simpatía.

Dicho todo esto de parte de alguien nada sospechoso de humalismo, protesto vivamente por la incautación de sus viviendas. Efectivamente, es una medida legal para lavado de activos, pero es un exceso repudiable. Ya esas propiedades estaban inmovilizadas con embargos y estamos muy lejos de una sentencia como para acudir a este recurso. Y tampoco podemos ser tan severos con un ex presidente, que alguna vez representó a esta “nación”. No, no volvamos a las épocas del tenebroso y vergonzoso Tribunal de Sanción, que crucificó a Leguía y sus seguidores, quitándoles sus bienes por revanchas (aunque un Humala despiadado creó especialmente la Comisión Tejada contra Alan García para “ver qué le encontraban”. ¿Karma?).

Sin embargo, Humala tenía sus gestos: apenas ganó, se negó a la oferta de Luis Agois de entregar mi cabeza como director de Correo, tal como lo refirió Siomi Lerner a AAR en TV (ver , minutos 14 a 16).