Martín Vizcarra viajará a Estados Unidos y Canadá entre el 23 y 29 de septiembre. (FOTO: EFE)
Martín Vizcarra viajará a Estados Unidos y Canadá entre el 23 y 29 de septiembre. (FOTO: EFE)

¿Saben cuánto se ha ejecutado del presupuesto para la reconstrucción de la tan afectada región Piura hasta el octavo mes de este año? El 14.7%. De S/902 millones asignados, solo se han invertido S/133 millones. Pero el cuadro es aún mucho peor en La Libertad: SOLO un 7.8% (S/14 millones usados de S/178 millones asignados). Lambayeque muestra un 23.6%, que de por sí ya debería ser considerada una cifra mala, pero que queda como campeona frente a las tres escuálidas mencionadas anteriormente. También la región Lima anda pésima (14.4% utilizados). Y es bastante remoto que desde el actual mes de setiembre hasta diciembre se llegue siquiera a la mitad de la inversión, al mediocre 50%. La gente allá sufre tanto con tanta destrucción aún no atendida y no se le ayuda –¡con el dinero allí disponible!– mientras en Lima nos dedicamos a sacarnos políticamente las mechas. El resto de peruanos somos tan solidarios que no nos ocupamos de exigir que las víctimas de un Niño colosal, que ya va a tener dos años de acontecido, sean ayudadas. Por apurar a esta tan negligente ejecución no se protesta, ni se marcha, ni se dan portadas. Nadie se emociona por esto: indiferencia total. Como si los peruanos norteños fueran de Tayikistán. Nuestras prioridades son bronquearnos y que se implemente reformas tan inútiles como la bicameralidad y la no-reelección de congresistas. En eso gastamos tiempo y energías. Y elevamos la aprobación al presidente Vizcarra no por ser un gestor eficiente, sino porque le dejó el ojo morado al tan pesado Congreso al que odiamos. Es como que seamos unos accionistas que solo festejamos al gerente general por vencer al directorio cuando gran parte del local de la empresa sigue derruido, a pesar de haber caja para refaccionarlo. De locos, ¿no?