Martín Vizcarra subrayó obligación del Estado en enfrentar la violencia contra la mujer. (FOTO: USI)
Martín Vizcarra subrayó obligación del Estado en enfrentar la violencia contra la mujer. (FOTO: USI)

Es impresionante cómo tan eficientemente se está sistemáticamente desmantelando al fujimorismo desde que Vizcarra accedió al poder: primero al padre le revocan el indulto y luego meten presa a la hija a la semana exacta (que puede fugar porque “no tiene trabajo fijo”, “vive en casa alquilada”, “su marido es extranjero” y “tiene ascendencia japonesa”).

A continuación, al secretario general Chlimper le reabren el ya cerrado proceso de las grabaciones justo a pocas horas de declarar ante la prensa extranjera y arrestan a los dos principales asesores de Keiko, precisamente al final de una manifestación naranja… Todo esto acompañado de diarios titulares hipercríticos y de muy oportunas encuestas, esas que recalcan con sus preguntas lo popular de estas medidas y que llevan a Vizcarra al cielo.

¿Todo este proceso de demolición –continuo y tan eficaz– es casual? ¿Solo son coincidencias? Es cierto que los fujimoristas han sido sus peores enemigos con esa pésima actuación política, que solitos se han ganado a pulso el repudio para que muchos ahora aplaudan sus cuitas, pero todo esto es muuuy raro. “En política, la paranoia es tu mejor amiga” (creo que la frase es de Nixon).

¿Y cuál será el próximo partido en ser aniquilado así? Huelo que el Apra. Porque no se mide con la misma vara a todos: en el caso de Villarán, existen muchísimas más pruebas, pero a ella y a su entorno no les ha pasado ni el 10% de Keiko y los fujimoristas, y jamás se han tomado medidas similares de implacables con sus partidarios y ex funcionarios. Tampoco veo a artistas ‘progres’ mandando tuits severos ni a pasados juveniles ex funcionarios suyos pronunciándose sobre Villarán en sus columnas.

Tanto Nieto como Basombrío me niegan ser asesores de Vizcarra. Cumplo con consignar su desmentido.