Nunca pactes con lunáticos. (AFP)
Nunca pactes con lunáticos. (AFP)

Ayer asistí a una gran y emocionante manifestación matutina en Madrid, convocada por los tres partidos de la derecha (Popular, Ciudadanos y VOX. Estos últimos satanizados infantilmente. No son “fascistas”, ni “ultras”. Son tipo republicanos yanquis) para exigir el adelanto electoral, luego de que el régimen socialista (PSOE) metiese tremendamente la pata, una vez más, al aceptar un “relator” en una “mesa de diálogo” con… ¡los independentistas catalanes! Eso colocaba inaceptablemente al Estado español al mismo nivel que los secesionistas (los que tampoco quieren “diálogo”. Quieren la independencia y punto) y la indignada reacción en contra llegó incluso al mismísimo PSOE, donde los “pesos pesados” de hoy y de ayer (Felipe González) embistieron contra el disparate. Sánchez retrocedió, muy magullado. Y tras cuernos, palos: los independentistas anunciaron que este crucial miércoles no votarán a favor de su presupuesto anual, lo que hace inviable a este gobierno socialista en minoría parlamentaria y gatilla comicios adelantados, de no cambiar los volubles secesionistas de posición.

Es que el pecado original del hiperambicioso Sánchez fue venderle su alma al diablo al pactar en el Congreso con los independentistas y la extrema izquierda (Podemos) en junio para destronar al derechista Rajoy y ocupar su lugar. Desde allí no ha sido más que un rehén de los caprichos absurdos de lunáticos secesionistas antiespañolistas y comunistas chavistoides, a los que les ha ido cediendo en todo con tal de permanecer en el poder, lo que ha desgastado colosalmente a los socialistas: una pena lo que ha hecho Sánchez con este partido socialdemócrata sólido y moderado.
Felizmente, no me crucé con el humalista Vargas Llosa en el mitin, ni este habló allí, por lo que almorcé con buen apetito.

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