Otra jugadita dominguera del fiscal. (Foto: GEC)
Otra jugadita dominguera del fiscal. (Foto: GEC)

Una prueba más de que el locuaz fiscal Pérez ha politizado su tarea ha sido esta revelación ayer en Correo de que desde el mismo 18 de septiembre sabía perfectamente que le era imposible interrogar a Montesinos, pero que aguantó revelar eso hasta el 24, vísperas de la audiencia de Keiko. Claro que eso no impidió que vaya a su programa favorito (donde Mávila, que se ha vuelto lamentablemente la más oficialista) y de allí se despachase.

-Si bien casi nadie escucha a los presidentes de los países latinoamericanos (salvo Brasil y México. Ya ni Cuba o Argentina pesan) cuando hablan en la ONU y cualquier cosa que Vizcarra –que, además, es un pésimo orador y no habla inglés, a pesar de que tuvo el cuajo de pedir una embajada en Canadá para aprender ese idioma… ¡con nuestros impuestos!– dijese iba a pasar desapercibida, fue de lo más desatinado ponerse a hablar allí de política interna y de su propuesta de adelantar elecciones. Me imagino que lo hizo con la seguridad de que las waripoleras iban a rebotar sus palabras con cariño en el Perú, pero la ONU no es el foro para ventilar trapitos sucios y menos broncas internas. Allá se va a dejar en alto al Perú, no como unos sudacas bananeros que ni pueden gobernarse.

-Insisto: no creo que Keiko salga libre. Entre Eloy (y sus satélites en el TC), el IDL (y su poder en el PJ) y la coalición vizcarrista se encargarán de que siga detenida.

-Ese concepto fascista de imponer las ideas políticas a través de “la calle” se ha puesto de moda. Bien decía José de San Martín que “un solo hombre gritando hace más ruido que cien mil callados”. Desde Sigrid Bazán a Dargent, este fascismo de las calles es exhibido como democracia. ¡Cuidado, que el primer movimiento callejero de masas para capturar el poder fue la célebre Marcha sobre Roma!

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