Alberto Fujimori está internado en la Clínica Centenario hasta estabilizarse.
Alberto Fujimori está internado en la Clínica Centenario hasta estabilizarse.

Bien advierten muchas voces de que Fujimori va a acabar muriendo en prisión, tal como ya ocurrió con Leguía, para baldón eterno del país.

Ciertamente, Fujimori no ha sido en absoluto maltratado físicamente en comparación con Leguía, pues ha estado en condiciones bastante decentes de cautiverio, mientras que a su predecesor le encerraron en un hueco, no le permitieron asistencia médica sino hasta su final y le daban de comer bazofia, por lo que terminó hecho un esqueleto antes de morir; prácticamente le asesinaron. Pero Fujimori sí ha sido muy maltratado psicológicamente, desde la aparentemente generosa oferta del entonces presidente Humala de liberarle si la familia lo pedía –lo hicieron y Humala sádicamente se los negó. Después acabó en la misma prisión que Fujimori– hasta esta tortura de liberarle para después volver a encarcelarle, fina cortesía de la todopoderosa ONG IDL y de un juez que al parecer también es devoto de San Martín de Porres. Nuestros descendientes alucinarán cuando en la historia del Perú estudien este proceso contra un presidente, donde la condena vino desde España, se usó la forzada “autoría mediata” y finalmente ocurrió este último legicidio.

Los romanos decían “mortal, no hagas tu odio inmortal”. Ciertamente, gente enferma de odio como los Vargas Llosa, Mohme, Cateriano, la izquierda y muchos coleguitas nunca van a hacer suyo este aforismo, pero tanto Vizcarra como el Congreso deben tramitar alguna fórmula para que Fujimori no vaya a prisión nuevamente y muera allí. Vamos a ver si Vizcarra seguirá de obediente mandadero de los caviares y de los que odian o si tiene el coraje y la grandeza moral para una acción así. Pero tal como conozco al Perú y a sus habitantes, apuesto a que tendremos un Leguía II...