Aduviri Calisaya dice que jamás ordenó a los aimaras incendiar instituciones estatales. (Perú21)
Aduviri Calisaya dice que jamás ordenó a los aimaras incendiar instituciones estatales. (Perú21)

Estas elecciones municipales dejan un sabor agridulce. Por un lado, en Lima hemos elegido a un señor decente y con experiencia edil como Muñoz. Por el otro, en Puno y Moquegua se ha elegido a radicales de izquierda violentistas como Walter Aduviri y Zenón Cueva. El primero fue el cabecilla del ‘aimarazo’ que asoló Puno, mientras que Cueva lideró el ‘Moqueguazo’ de 2008 (junto a Vizcarra).

Ambos fueron procesados, como debe ser, por el vandalismo que generaron, pero nuestro siempre glorioso e ínclito Poder Judicial terminó absolviéndoles porque en este ‘país’ se recompensa –electoral y judicialmente– al violento, que hasta termina siendo una especie de héroe.

Nunca entenderé por qué Moquegua vota a menudo rojo a pesar de ser una de las regiones de mejor nivel de vida. Me imagino que habrá mucho sindicalismo minero, portuario o magisterial rojo por allá. A pesar de ser muy rojo y radical, de familia, no incluyo a Cerrón de Junín aquí porque tengo que reconocer que en su pasada gobernación regional nunca ejerció la violencia masiva, aunque sus huestes tuvieron algunas broncas callejeras con rivales. Su mayor problema son las denuncias por corrupción que el procurador Amado Enco le ha formulado, ligándole a las trapacerías de Martín Belaunde Lossio en la construcción irregular de dos puentes (“Comuneros” y “Eternidad”) con su recordada empresa Antalsis. Tampoco Cerrón tuvo una gestión regional pasada eficiente. Increíblemente, el castrista Cerrón fue quien lanzó la candidatura edil de Belmont en Lima.

Otro potencial problema es Cajamarca. Si bien ha sido una magnífica noticia que el MAS de Gregorio Santos haya perdido la gobernación, la posibilidad de que un demagogo lescaniano de AP como Mesías Guevara gane la segunda vuelta es de Terror.com.