(USI)
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-Por allí comentan que al Gobierno le está siendo sumamente difícil conseguir un nuevo ministro de Justicia, pues muchos consultados han declinado el cargo. Eso no solo por lo complicado que es asumir tal puesto en estos momentos de crisis judicial, sino porque la salida de Heresi ha enviado el mensaje de que el presidente Vizcarra no tiene el coraje para apoyar a sus ministros cuando estos entran en problemas (los arroceros amagaron un paro y al toque este pusilánime Ejecutivo elevó el arancel al arroz uruguayo. ¡Vizcarra le tiene más miedo a la calle que siete viejitas cruzando la Javier Prado agarradas de la mano!). ¡Espero nomás que no terminen poniendo un caviar allí! Eso sería polarizar aún más la política local y una virtual declaratoria de guerra de Vizcarra hacia muchos. Para intentar la reforma judicial, se necesita al frente del Minjus a alguien políticamente imparcial, versado, con “muñeca” y con mucha personalidad. Si bien el ministro de Justicia no va a tener el peso de otros en esta reforma, su labor va a significar ser el gran catalizador político de ese cambio.

-El más feliz con todos estos escándalos inmundos en el Poder Judicial debe de ser Toledo, que seguramente debe de estar ahora alegando por USA que él no puede ser extraditado al Perú para ser juzgado por un PJ corrupto y politizado. Y eso a los gringos puede impactarles mucho a la hora de tomar una decisión. Nadie sabe para quién trabaja.

-Leo por allí que un rojo exige una marcha para que me haga un ADN y demostrar si soy nieto de JCM. Y otra roja le apoya. Efectivamente, soy distinto en mucho a JCM. Ellos dos, en cambio, son igualitos de resentidos sociales. Y le urge un duchazo al delirante promotor, con harto champú.

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