Simpatizantes de Alberto Fujimori apostado en la clínica Centenario celebraron indulto a su líder. (Geraldo Caso Bizama)
Simpatizantes de Alberto Fujimori apostado en la clínica Centenario celebraron indulto a su líder. (Geraldo Caso Bizama)

Al comienzo del bustamantismo, el entonces primer ministro Rafael Belaunde (padre de FBT) pronunció una frase con mucho sentido: “Las masas se combaten con las masas”, refiriéndose a que en esos momentos no se le podía dejar la iniciativa política en las calles al Apra en solitario. A la serpiente izquierdista se le ha venido conteniendo en casi todos los niveles que opera (violentista, sindical, electoral), pero se les ha regalado las calles. Y con el Apra en coma (hasta su legendaria disciplina congresal se ha roto por culpa de Jorge del Castillo, que para Haya sería hace rato un “ex aprista” por eso), los únicos no rojos que en estos momentos tienen capacidad de movilizar mucha gente en las calles limeñas son los fujimoristas. Y eso es algo que los naranjas necesitan hacer AHORA y PRONTO para sepultar a las marchitas de los espermatozoides caminantes contra la liberación de su fundador (y para que también los hermanos fumen públicamente la pipa de la paz). Los fujimoristas pueden convocar a los cerros limeños a que bajen y llenar tranquilamente la plaza San Martín con la apelación de que así sus simpatizantes protegerán el indulto a Fujimori. Así como ese millón de manifestantes unionistas en Barcelona pararon en seco con sus banderas españolas al independentismo, miles de fujimoristas de origen popular en las calles capitalinas demostrarían su real músculo político y le arrebatarían el monopolio de las calles a los rojos antifujimoristas.

Eso se llama “hacer política”, que es mucho más que colgar infantiles figuritas huevonas de dibujos animados, acompañadas de mensajes políticos, por Twitter o FB. Saquen unas 100 mil personas en un mitin a ver si la rojicaviarada callejera, judicial, fiscal, mediática y oenegenera se va a atrever a meter preso a su viejo de nuevo.