Laven cerebros con su plata. (Foto: New Century Films)
Laven cerebros con su plata. (Foto: New Century Films)

No he visto ese reciente documental sobre la reforma agraria, que tanto recomienda AAR (¿qué dirán en Apoyo?). Pero por allí gente sensata me ha comentado que el director es el típico pulpín caviarín y que todo está sesgadito (aunque aparentemente imparcial), hecho para que los iletrados “millennials” se traguen una visión de la historia que deja casi lindo a Velasco (es más, me dicen que mucho bobo aplaude al final). No voy a decir que me parece mal que se haga un documental caviarón, pues en eso consiste la libertad de expresión. Tampoco me asombra que ahora se trate de limpiar a Velasco, nuestra versión local de Hugo Chávez, pues hace rato que perdí toda esperanza en el Perú. Pero que les laven el cerebro a los chiquillos con SU plata y no la de todos los contribuyentes, porque resulta que el Ministerio de Cultura les aportó S/230 mil...

Lo más gracioso fue que esto sucedió bajo… ¡PPK! El ministro era el “ociólogo” rosado Jorge Nieto (se alucina ahora presidenciable) y el funcionario que firmó el premio fue Daniel Alfaro Paredes (resolución 327-DGIA, de agosto de 2016), otro caviar que fue ministro de Educación del actual presidente de facto. El jurado que otorgó el premio estuvo compuesto por María Eugenia Ulfe (antropóloga y de la PUCP. Huelgan comentarios…), un señor Óscar Arturo Contreras Morales (¿es el ambientalista?) y la cineasta ‘progre’ ecuatoriana Yanara Guayasamín. Y escribo esto como beneficiario, no como afectado por la reforma agraria, pues mi padre fue uno de los pocos que capitalizaron los bonos agrarios en una imprenta de formularios continuos, dentro de un programa al 50% del Banco Industrial (que se cerró muy pronto) y terminó ganando mil veces más allí que con ese fundito de 40 hectáreas, al que se metió más por hobby que como actividad principal.