¡Qué tal historiador! (Flickr)
¡Qué tal historiador! (Flickr)

Nelson Manrique: un historiador es PRECISAMENTE quien menos falsedades debe propalar. Afirmar ayer en LR, recogiendo una ligereza de Ricardo Portocarrero, que JCM fue un notable empresario por crear y gestionar Minerva es faltar groseramente a la verdad. El 75% de Minerva pertenecía a mi tío abuelo Julio, quien le cedió gratuitamente el 25% restante a su hermano. Y quien gestionaba Minerva era el propio Julio, un tipo muy hábil para los negocios y que acabó millonario. Es más, JCM estuvo por venderle su parte en vísperas de embarcarse a Argentina (la muerte impidió esa migración) porque Julio ya no quería publicar más libros (mal negocio) y dedicarse básicamente a útiles escolares (buen negocio). De esa parte queda la herencia de las tiendas de Barranco (1931) y Miraflores (Esperanza en 1937, Larco en 1940, Surquillo fue poco después) para la viuda y los hijos de JCM. Mi padre me contó toda la historia. Al César lo que es del César (Minerva entra en decadencia décadas después por culpa de mi “querido” tío Sandro y acabó vendida, pero ese ya es otro tango). Si algo no entendió nunca JCM fue al capitalismo y lamentablemente eso le hizo ser el padre espiritual de todos los zánganos, demagogos y asesinos de la izquierda latinoamericana.

Y Manrique, deje ya de ser un patético propagandista de la dictadura de los hermanitos Castro. ¿No le es evidente a estas alturas que eso es un desastre económico, un cuartel-prisión político y una satrapía familiar? ¿Tan obtuso es? No sea tan necio y enmiende, que da pena. La gente ya ni le toma en serio y se ríe a mandíbula batiente de usted cuando escribe esos disparates sobre Cuba, que ya es visto como el tío viejo de la familia que suelta las tonteras –solo graciosas por lo desfasadas– en la mesa. ¡Ni Lauer!