Con Graña o CSM no es igual

“Que el fiscal Pérez haya solicitado que la detención casera de PPK pase a penal me parece una represalia gubernamental (...) por las declaraciones críticas de Meche Araoz y Bruce contra el oficialismo”.
Pedro Pablo Kuczynski cumple prisión domiciliaria en su vivienda de San Isidro en el marco del caso Odebrecht. (Foto: GEC)

Nunca he creído que existan las “casualidades” en política: que el fiscal Pérez haya solicitado que la detención casera de PPK pase a penal me parece una represalia gubernamental contra el cogollo ppkausa, suscitada por las defecciones y las declaraciones críticas de Meche Araoz y Bruce contra el oficialismo. Vizcarra no solo ha maltratado personalmente a Araoz, sino que hasta le ha recortado sus gastos administrativos como vicepresidenta. Y esta acción me confirma, una vez más, que casi todo nuestro aparato legal se ha vuelto un brazo político –blindado y santificado mediáticamente– para demoler rivales. No veo, por ejemplo, esa misma dureza de la Fiscalía con el juez César San Martín (CSM) o el constructor José Graña, con el primero ampayado en las mismas llamadas irregulares que otros procesados (amén de varias ampayadas pasadas más que siguen impunes) y con el segundo delatado ampliamente por sus socios brasileños. Y las waripoleras callan con estos dos.

No es que me compadezca de PPK; este no tuvo ninguna misericordia con su contemporáneo Fujimori y solo le indultó, torpemente, cuando se vio acorralado. Tal vez la vida le está cobrando ahora eso y le acompañará en la Diroes. Ese mismo boomerang vital parece que está alcanzando al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, aquel que le negó el indulto a García después que ya lo había acordado con este y le había dado cobijo en su embajada (una canalla felonía, por donde se le vea, al margen de que García no haya sido un angelito para nada). La esposa de Vázquez ha fallecido hace poco y a este le acaban de detectar un cáncer: “karma”, llaman en Oriente cuando la vida te cobra los malos actos anteriores. Cuidado, Vizcarra, que la soberbia se le está subiendo demasiado. Mire cómo acabaron Nadine y Keiko.

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